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The traka gravel race ¿Qué distancia es la tuya?
The Traka gravel race no es solo una carrera. Es un desafío que empieza justo cuando cruzas la meta… del año anterior. Porque desde ese momento ya estás pensando en cómo vas a mejorar, qué material vas a usar y cómo vas a entrenar para llegar más fuerte. Y lo cierto es que, incluso con la mejor preparación y el mejor equipamiento, no siempre es suficiente.
Traka es resistencia, velocidad, agilidad mental y muchísima más técnica de la que se percibe desde fuera. En los vídeos puede parecer que vas pedaleando por pistas anchas y fáciles, pero cuando estás dentro te das cuenta de que es una carrera muy exigente, en todos los sentidos.
BMC Kaius, la bicicleta aerodinámica y exigente para the traka gravel
Este año, me propusieron correr con una BMC Kaius, una bici que ya había probado cuando salió al mercado y que me encantó por su velocidad. Es una bicicleta súper aerodinámica, no solo por diseño, sino porque te obliga a mantener una postura muy baja y agresiva sobre el cuadro, gracias a su reach largo y la distancia entre ejes.
Pero lo más complejo fue acertar con la transmisión. Traka tiene tramos muy llanos donde necesitas platos grandes, pero también subidas que pasan del 15 o incluso 20%, que exigen más cadencia y suavidad. Por eso, y yendo un poco contra mis preferencias, opté por un doble plato de carretera: 48-35 delante y un cassette 10-36 detrás. ¿El problema? Hay más riesgo de averías mecánicas, pero me pareció la mejor opción para adaptarme al terreno mixto.
Los neumáticos fueron otros protagonistas: monté 40mm, pero sobre las llantas de serie de BMC, me dieron un ancho real de 45mm. Y como detalle práctico, llevé una bolsa en el tubo superior para evitar cargar peso en la espalda. Así todo está más accesible, sobre todo la nutrición, y se mejora la aerodinámica.
El entrenamiento: más volumen, más cabeza
Este año cambié el enfoque de mi preparación. Aposté por acumular más volumen general, en lugar de hacer sesiones súper largas aisladas de 8 o 9 horas. Trabajé bastante en zona 2 al inicio de la temporada, pero lo que marcó la diferencia fue el entrenamiento en zona 3-4, el famoso sweet spot. Esto es clave para aguantar un ritmo alto durante mucho tiempo.
También hice trabajo específico en gimnasio y en carretera, para poder mover plato grande con solvencia. Y algo que no se entrena tanto, pero que es imprescindible: salidas en solitario. Porque en una carrera como esta, a partir de las cinco horas, lo más probable es que te encuentres solo, y ahí es cuando la cabeza tiene que tirar de ti.
Desde fuera no se ve todo
Desde fuera, puede parecer que es una prueba asequible. Pero la realidad es otra. Se necesitan habilidades de todo tipo: resistencia, técnica, autogestión, y una mentalidad fuerte. Hay tres avituallamientos y solo un punto de asistencia externa, así que la mayoría del tiempo dependes completamente de ti mismo.
Además, hay tramos de bajada que bien podrían estar en una prueba de mountain bike, y vas con bicis que muchas veces no están hechas para eso. Las bajadas a toda velocidad (50-60 km/h) con mucho desnivel ponen a prueba tu control y reflejos. Ahí es donde se nota si vienes del MTB o si estás más acostumbrado a la carretera.
Y por si fuera poco, está la meteorología, el estado del terreno y los problemas mecánicos, que abundan.
Una mejora real
Este año fue muy distinto al anterior. En 2024 sobreviví a la carrera The traka race. En 2025, competí. He mejorado más de 1 km/h de media respecto al año pasado. He podido mantener la iniciativa en los tramos llanos, me he sentido más fuerte en las bajadas, y el desarrollo de la bici me ha ayudado a exprimir al máximo mi rendimiento.
Todo esto lo analizaré a fondo en el siguiente vídeo: cómo fue el setup, qué decisiones funcionaron y en qué fallé. Pero lo importante es que esta edición la viví de otra manera: sufrí, sí, pero disfrutando. Y eso cambia todo.
Girona, el alma de the Traka gravel race
Más allá de la carrera en sí, hay que vivir lo que se respira en Girona durante esa semana. Es espectacular. Toda la ciudad vibra con el ciclismo. Hay ambiente, hay buen rollo, hay comunidad. Desde gente que viene a competir a tope, hasta quienes solo quieren vivir la experiencia.
Así que si todavía no has venido, te invito a hacerlo. No importa la distancia, ni el nivel que tengas. Busca tu reto, tu forma de vivirlo. Porque esta experiencia es una bomba.








